← Volver

BOQUITA DE PAPEL

No te enamorés de mí, boquita de papel,
no te enamorés.


No te enamorés de una mujer como yo
¡si mi corazón te fuera útil!
Pero no puede servirte de nada,
no quiere servirte de nada.


No te enamorés de mí, boquita de papel,
no te enamorés.
Que el amor arranca y observa
te llena de ausencias,
te mira con asombro y burla
te hace amante
te llena de morbo
te embriaga de culpa
te abre las llagas,
te eleva por los aires,
te hace vulnerable.


No.
No te enamorés de mí, boquita de papel
que yo no puedo salvarte.


A veces me salen espantos de la cabeza.
Yo me alimento de insomnio,
de lamentos.
La ternura: la digiero.

Tus manos no toman nada,
no piden nada,
de calle en calle, anónimas.
Y yo,
con tantos pasillos sin eco.
Mis paredes discuten unas con otras
todo el tiempo.
No soportarían tu silencio.


Mis zapatos y mi andar se mueven a su propio tiempo.


No te enamorés de mí, boquita de papel:
no sintás amor por mí,
no me acariciés las manos,
no me mirés fijo a los ojos,
no me busqués por las tardes,
no me regalés esa transparecia indefensa,
no me besés la nariz,
no me des amor,
no me des paciencia,
no me des domingos,
ni recuerdos,
ni susurros,
ni clemencia.


No te enamorés de mí, que no puedo darte amor.


Y si un día venís a buscarme
me encontrarás aquí,
cantando,
despacio
bajito.
Recordándote,
tal vez,
pequeño de mi corazón.


Pero no te enamorés,
te lo advierto:
no te enamores de mí,
boquita de papel.

(Ojo, que estos textos tienen dueña. Esto tiene copyright. ¡No hagas lío y pide permiso antes de usarlo! ¿Vale? 😎)